La distancia según algún ser- Diario de escritura
La distancia.
Que se podría
decir de la distancia. O que no se podría decir de la distancia. La distancia
es muy ambigua, pues, la distancia mata como alienta. La distancia acerca como
aleja. La distancia puede ser muchas cosas, hasta incluso puede significar el
reencuentro.
Muchas veces se
ve a la distancia como algo negativo, estar lejos de algo, mas que nada si es
algo contemplado como positivo o que representa algún valor significativo para
nosotros. Pero, en verdad, la distancia, a veces, es necesaria. Es necesaria
para poder ver mejor. Es necesaria para valorar. Es necesaria para cambiar. Es
necesaria para contemplar. La distancia nos quita como nos da; nos enseña cómo
nos hace olvidar.
¿Qué sería de la
vida sin la distancia? Creo que lo más semejante sería una masa amorfa, sin
coyunturas, y sin manijas por donde agarrarla. La distancia, aunque a veces nos
duela, es necesaria. La distancia carga con un peso significativo muy
importante, les da sentido a muchas cosas. Es, precisamente, esta misma la que
nos permite a la vez que en cierta manera nos restringe.
La distancia
puede estar una video llamada entre una madre y su hijo; una separación de
pareja; un resquebramiento de una amistad; en un paso al costado. Es esa misma
distancia, aunque no lo parezca, la que le da un cierto tinte a la vida. Es
aquella que pone en juego nuestras emociones. Que nos da rienda para que
actuemos, o dejemos de actuar. La que nos da la libertad de salir a buscar o
quedarnos sentados en el sillón. Es aquella que puede ser símbolo de soledad o
de libertad, o ambas al mismo tiempo.
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