Crónica Parque de la Memoria

 Pasos y memoria: Una historia para recordar.


Tres pasos y un poco más me acercan al gran predio, lleno de pasto con aires de vacío. En mi experiencia, me resulta raro ver un espacio así justo en frente de la orilla del río. 

Doy unos cuantos pasos más y me adentro hacia el Parque. El vacío que transmitía un espacio tan amplio empezaba a acortarse con cada monumento que veía. La memoria llenaba ese lugar. ¿Qué será de la vida de un pueblo que olvida su historia? Yo creo que mucho no le quedará por hacer. "Quien olvida su historia esta condenado a repetirla" decía el poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana.

Su nombre lo indica, el Parque de la Memoria es por algo. No por nada, tantos escritores rioplatenses reflejan la historia del siglo pasado en sus narraciones. No por nada, se recuenta la historia de una dictadura que reprimió, torturó, asesinó y desapareció a miles de argentinos. Muchos se refieren a sus protocolos de tortura como una maquinaria represiva. Benedetti, si bien es uruguayo, escribió, retratando la dictadura argentina acompañando la dictadura de su país, sobre la picana, las violaciones y las golpizas. No es algo para olvidar. El terrorismo de Estado es algo para recordar y no repetir.

 En uno de esos monumentos se lee "pensar es un acto revolucionario".  Se me anudó la garganta de solo pensar en los miles que fueron victimas del terrorismo de Estado. "Algo habrán hecho" eran argumentos que justificaban las brutalidades. "Algo habrán hecho", se decía y se perseguía a toda una generación que terminó atormentada. Muchas veces, pensar, podía condenarte. Muchos estudiantes inocentes fueron secuestrados y desaparecidos. 

Sigo un poco más, sin antes recordar una escultura en la entrada. Eran 3 figuras representando personas. Se pueden interpretar como un hombre, una mujer, y una mujer embarazada. Es fuerte. Pensar que no tenían piedad  ni lastima para la represión. Muchos bebés fueron desaparecidos durante la última dictadura del 76. Hoy, hay gente que no sabe quienes son sus verdaderos padres. Las mujeres embarazadas secuestradas, cuando tenían al bebé, se los arrebataban y se los entregaban a alguna familia cómplice de la Junta Militar. 

En frente mío, ahora hay tres casas, organizadas en forma caótica, como tiradas una encima de la otra, con barrotes en sus ventanas. Claro, una vez adentrado al parque, entendí: la casa no estaba en orden, el techo estaba rojo y las ventanas no presentaban escapatoria. Una forma poética y artística de expresar mucho en una sola escultura.

Sigo avanzando hasta llegar a un paredón alto, con muchas inscripciones. Eran los nombres de victimas del terrorismo de Estado. Estremecedor. Siguiendo el paredón, se configuraba una bajada hasta tener el mar de frente. En mi cabeza, parecía que los auténticos decadentes tocaban en vivo "El león Santillán". El paredón, acompañando la bajada, me recordaba a la letra del tema: "El llanto de la gente va hacia el mar". Y, claro, esta canción retrata la dictadura. Van al mar, porque la manera en que se ocupaban de los cuerpos de la gente asesinada y torturada eran llevarlos en avión y tirarlos en medio del mar con objetos pesados para que no floten. Me estremecí, y llegando a la orilla, ver el agua me daba impresión. Ese agua estaba llena de lágrimas.

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